miércoles, 5 de noviembre de 2025

Covite desmonta mitos sobre el terrorismo en su XXIII Jornada Anual

En un acto cargado de emotividad y rigor histórico, el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) celebró ayer su XXIII Jornada Anual en el Palacio del Civivox Condestable de Pamplona, bajo el lema "Desmontar los mitos: Verdad y Memoria ante la legitimación del terrorismo". El evento, que reunió a historiadores, juristas, académicos y víctimas, se erigió como un baluarte contra las narrativas que blanquean el pasado terrorista, cuestionando mitos persistentes sobre ETA y la radicalización violenta, incluyendo ecos del yihadismo en el contexto actual de extremismos. Con más de un centenar de asistentes y transmisión en streaming, la jornada subrayó la deuda pendiente de España con sus víctimas y alertó sobre la "descomposición moral" que genera la impunidad.

La presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez –hermana de Gregorio Ordóñez, concejal asesinado por ETA en 1995–, abrió el acto a las 10:45 horas con un discurso contundente que marcó el tono de la jornada. "Este país tiene una deuda infinita con las víctimas, no con nuestros gobernantes, que mienten tanto los de un lado como los de otro", denunció Ordóñez, aludiendo a figuras como José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, a quienes tildó de "cínicos" por su rol en el "final negociado de ETA". Según datos presentados durante las mesas redondas, el 40% de los más de 800 crímenes de la banda siguen impunes, y solo 76 víctimas cuentan con todos los responsables en prisión. "Quienes hemos pagado la paz que disfrutamos todos somos las víctimas", remachó, reivindicando la memoria como herramienta contra el olvido forzado.

Tres mitos etarras bajo lupa: de la victimización al negacionismo

El núcleo de la jornada giró en torno a tres mesas redondas que diseccionaron mitos que legitiman el terrorismo, con un enfoque principal en ETA, aunque las reflexiones se extendieron a la radicalización contemporánea, incluyendo el yihadismo como amenaza latente en Europa. En la primera mesa, moderada por expertos como Gaizka Fernández Soldevilla (historiador del Centro para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo), se abordó "Los límites de la Memoria ante los claroscuros de la Historia: ¿cómo recordar a las víctimas que también fueron victimarios?". Aquí se desmontó el mito de los "víctimas-victimarios convertidos en héroes", esa narrativa que equipara a represaliados del franquismo con terroristas de ETA, borrando las "fronteras morales" de la memoria. Ponentes como Galo Bilbao (Universidad de Deusto) y el escritor Joseba Eceolaza alertaron sobre cómo esta distorsión ética erosiona el tejido social.

La segunda mesa, "La 'socialización del sufrimiento', treinta años después: la Verdad ante el negacionismo", profundizó en la estrategia de los años 90 impulsada por ETA y la izquierda abertzale para "socializar" el dolor, equiparando el sufrimiento de víctimas inocentes con el de etarras encarcelados. Investigadores como Eider Nafarrate (Instituto de Historia Social Valentín de Foronda) y Raúl López Romo (Centro Memorial) presentaron análisis históricos que cuestionan el negacionismo actual, donde sectores abertzales niegan esa "siniestra estrategia de terror". El abogado Pablo P. Cid Fernández, implicado en la reapertura del sumario del asesinato de Gregorio Ordóñez, aportó datos judiciales que evidencian la impunidad como legado vivo de ETA.

Finalmente, la tercera mesa, "Del ostracismo a la dignidad: las víctimas invisibles como ejemplo de paz y convivencia", visibilizó a las "víctimas invisibles" –aquellas que no encajan en relatos políticos y han sufrido indiferencia institucional–. Veronique Caplanne, hija de Robert Edouard Caplanne (asesinado por los GAL en 1985), compartió su testimonio de ostracismo, contrastando con el rol de estas víctimas como "referentes de paz democrática". Ordóñez clausuró a las 18:00 horas reiterando el tercer mito desmontado: "El de que las víctimas del terrorismo ya estamos fenomenal y hay que pasar página porque ETA no mata desde hace 14 años". "Eso es un bulo", zanjó, recordando que la impunidad persiste y que el yihadismo, con sus ataques recientes en Europa como el de Mánchester, perpetúa amenazas similares de legitimación ideológica.

Alerta por la radicalización: "Estamos jugando con fuego"

Más allá de ETA, la jornada se entrelazó con la actualidad al abordar la radicalización violenta, un "gravísimo problema" en Navarra y el País Vasco, según Covite. Ordóñez, en declaraciones previas al acto, calificó de "espantosos" los altercados del 30 de octubre en el campus de la Universidad de Navarra y el barrio de Iturrama –provocados por radicales contra un evento del periodista Vito Quiles–, vinculándolos a una "descomposición moral" que normaliza la violencia. "Me parecieron espantosos. Nosotros esto lo hemos vivido toda la vida, y yo lo he sufrido hasta en carnes propias. Se está jugando con fuego", advirtió.

Covite, que lanzó en 2016 su Observatorio de Radicalización, denuncia que España tiene "el mayor porcentaje de población radicalizada de Europa, y encima jóvenes". Grupos como GKS, herederos de la kale borroka de Sortu, perpetúan esta dinámica, extendiéndose a formas de extremismo yihadista que, aunque no detalladas en informes específicos de la jornada, se enmarcan en la misma "raíz" ideológica de la violencia justificada. Ordóñez exigió sanciones administrativas –además de penales– para organizadores y vándalos: "Si hay detenciones, que les juzguen y los condenen, pero tiene que haber condenas administrativas también [...] Cuando tengan que pagar o tenga consecuencia la violencia que ejercen, pues igual hablaremos de otro escenario". Criticó la inacción política: "Nuestros gobernantes nunca, sean del color que sean, nunca se han tomado en serio la radicalización violenta que existe".

Un evento clave para la memoria histórica

La XXIII Jornada Anual de Covite no solo desmontó mitos etarras, sino que erigió un llamado urgente a la verdad frente a cualquier forma de terrorismo, desde ETA hasta el yihadismo que azota Europa. Con presencias institucionales como la de la Fundación Víctimas del Terrorismo y el Centro Memorial, el acto reforzó la alianza entre víctimas y sociedad civil por una memoria inclusiva y digna. Como apuntó Ordóñez en la clausura, "los mitos son muy peligrosos" porque legitiman el horror; desmontarlos es, en esencia, defender la democracia.

Este evento, gratuito y accesible en YouTube, llega en un momento crítico: 14 años después de la tregua de ETA, pero con la sombra de la impunidad y la radicalización extendida. 

Covite, fundado en 1998, continúa su labor incansable, recordándonos que la paz no se negocia a costa del silencio de las víctimas. En Pamplona, ayer, la memoria no solo se honró: se armó para el futuro.

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