martes, 4 de noviembre de 2025

García Márquez y Cien años de soledad. La crítica de Octavio Paz

Gabriel García Márquez
Octavio Paz, el gran poeta y ensayista mexicano, tuvo una relación literaria y personal compleja con Gabriel García Márquez (conocido como "Gabo"), marcada por una admiración inicial hacia su obra, especialmente "Cien años de soledad" (1967), que evolucionó hacia críticas más duras influenciadas por desacuerdos políticos. 

A continuación, resumo los comentarios clave de Paz sobre García Márquez y su novela maestra, basados en fuentes documentadas. Me centro en lo literario, aunque el contexto ideológico (como el "Caso Padilla" en Cuba en 1971) tiñó sus opiniones posteriores.

Admiración temprana y recomendaciones (década de 1960)

Durante su exilio en Barcelona tras la masacre de Tlatelolco (1968), Paz se convirtió en un entusiasta promotor de "Cien años de soledad" entre sus amigos y círculos intelectuales. Reconocía en la novela un hito del realismo mágico y la literatura latinoamericana, viéndola como una exploración profunda de temas universales como el amor, el destino y la historia cíclica. Una de sus recomendaciones más directas fue: "Si no ha leído a Gabriel García Márquez debe de leerlo".  

Esta frase captura su entusiasmo inicial por la obra, que Paz consideraba esencial para entender la vitalidad de la narrativa hispanoamericana. Además, interpretaciones críticas han señalado un posible eco entre el título de la novela de Gabo y el ensayo de Paz "El laberinto de la soledad" (1950), donde describe la soledad mexicana como un "sueño de cien años". Paz no lo confirmó explícitamente, pero lo vio como un ejemplo de las "redes de relaciones" en la literatura: "¿Ha hecho una referencia? [...] Como dice, es una interpretación. No quisiera comentarla. Pero si fuese cierta sería otro ejemplo de cómo la literatura es una red de relaciones".  

Comentarios literarios elogiosos (principios de los 1970)

En un ensayo de 1972 sobre Carlos Fuentes, Paz elogia el universo narrativo de García Márquez, destacando el rol primordial del amor en sus historias —un tema central en "Cien años de soledad", con su linaje de los Buendía y sus pasiones destructivas—. Escribe: "En el mundo de García Márquez el amor es un poder genésico que reina como una presencia oscura, impersonal y todopoderosa: es el mundo del primer día o, más exactamente, la noche primordial".  

Aquí, Paz percibe en la novela una dimensión mítica y arcaica, casi bíblica, que eleva el realismo mágico a una reflexión sobre el origen y el ciclo humano, alineándose con sus propios intereses poéticos sobre el tiempo y la identidad.

Críticas posteriores (mediados de los 1970 en adelante)

La amistad se resquebrajó por diferencias ideológicas —Paz criticó el autoritarismo cubano que Gabo defendía—, y esto se filtró en sus valoraciones literarias. En 1973, en conversaciones con Julián Ríos (publicadas en "Sólo a dos voces"), Paz matiza su elogio, reconociendo la habilidad de García Márquez pero cuestionando su originalidad:  

"La prosa del escritor colombiano, esencialmente académica, es un compromiso entre periodismo y fantasía. Poesía aguada. García Márquez es un continuador de una doble corriente latinoamericana: la épica rural y la novela fantástica. No carece de habilidad, pero es un divulgador o, como llamaba Pound a este tipo de fabricantes, un 'diluter'".  

Paz ve en "Cien años de soledad" una popularización efectiva de elementos grotescos y fantásticos (inspirados en autores como Ramón Gómez de la Serna), pero la califica de "dilución" poética, priorizando lo divulgador sobre lo innovador. A pesar de esto, nunca negó su impacto global.

Contexto de la relación personal

Paz y Gabo se conocieron en México en los años 60, con mutua admiración: Gabo firmó un libro de Paz en 1970, y Paz lo recibió en su revista "Plural". Sin embargo, tras 1971, las críticas políticas de Paz se volvieron feroces (llamándolo "oportunista de la izquierda"), aunque evitó ataques directos a la novela en sus últimos años. Tras la muerte de Paz en 1998, Gabo lo elogió públicamente, lamentando el distanciamiento.

En resumen, Paz vio en "Cien años de soledad" una obra vibrante y recomendada, un "mundo primordial" de amor y soledad que resonaba con su propia visión de Latinoamérica, aunque más tarde la subsumió en críticas a su autor por motivos extraliterarios. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario