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Aunque el video ha sido desmentido como una creación generada por inteligencia artificial (IA), su impacto simbólico es innegable, resonando en un país harto de silencio y opresión.
Alejandro comienza su intervención con una introducción desgarradora: "Mi nombre es Alejandro Maduro. Tengo 19 años y sí, soy nieto de Nicolás Maduro, el hombre que gobierna Venezuela desde hace más de una década". Describe cómo creció en un mundo de lujos mientras el pueblo venezolano enfrentaba colas por comida, escasez de medicinas y apagones interminables. "Vi maletas llenas de dinero y planes de huida", confiesa, aludiendo a cuentas bancarias en el extranjero y posibles refugios en islas. Critica la hipocresía de un régimen que predica revolución y soberanía, pero deja a millones en la miseria. "Si amas este país, entrégate", le dice directamente a su abuelo, pidiendo justicia y un futuro libre de cadenas. Termina afirmando: "Aunque sea el nieto del hombre más odiado del país, estoy con ustedes, estoy con mi gente, estoy con la libertad".
La culminación llega con su canción original, un himno de rebeldía titulado implícitamente "No Más Silencio". La letra, poética y cargada de rabia contenida, captura el dolor colectivo:
Verso 1
Nací con un apellido que pesa en mi voz,
un hombre marcado por el dolor.
Mientras el pueblo lloraba en la oscuridad,
yo veía banquetes de falsa verdad.
Vi maletas de oro,
oí el plan de huir y mi gente en las calles, sin poder vivir.
Vi niños con hambre, vi madres llorando,
y supe que el silencio me condenaría.
Coro
No más silencio.
Quiero gritar que Venezuela merece soñar.
No más cadenas, no más prisión.
Elijo la patria, no la corrupción.
Verso 2
Mi abuelo predica justicia y honor,
pero en cada esquina solo hay dolor.
Promesas vacías que nunca cumplió
y un pueblo cansado que ya despertó.
No quiero ese legado, no quiero ese poder.
Quiero un futuro en que pueda creer.
El miedo no me ata. Elijo luchar con mi voz,
y mi canción me liberará.
Coro
No más silencio.
Quiero gritar que Venezuela merece soñar.
No más cadenas, no más prisión.
Elijo la patria, no la corrupción.
Puente
Si me llaman traidor, lo aceptaré.
Mil lealtades al pueblo, y siempre será.
Aunque lleve un apellido que pesa en mi piel,
mi verdad es más fuerte, no me callaré.
Coro Final
No más silencio, quiero gritar.
Que Venezuela merece soñar.
No más cadenas, no más prisión.
Elijo la patria, elijo el amor.
Soy el nieto de un hombre que el mundo juzgó,
pero soy un joven que eligió a su pueblo.
No más silencio. Mi voz quedará.
Venezuela libre. Mi sueño será.
El video, aunque ficticio, ha inspirado debates sobre la disidencia familiar y el coraje civil en regímenes autoritarios. Ha sido compartido por opositores venezolanos como un símbolo de esperanza, recordando que la verdad puede surgir de los lugares más inesperados.
Un ejemplo de valentía inquebrantable
El "Alejandro Maduro" del video, real o no, encarna el coraje que Venezuela necesita: romper el silencio ante el poder, priorizar la justicia sobre la sangre y soñar con una nación libre. Su ejemplo nos enseña que la verdadera revolución nace del corazón, no de palacios, y que una voz sola puede encender millones. Que inspire a todos a elegir la patria por encima del miedo.
YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=OMIVTTHxt4o

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