jueves, 13 de noviembre de 2025

El caso de Monseñor Józef Wesołowski en la República Dominicana

Józef Wesołowski
El escándalo protagonizado por Józef Wesołowski, un alto diplomático de la Santa Sede, representó un punto de inflexión en la lucha de la Iglesia Católica contra los abusos sexuales a menores. Nombrado nuncio apostólico en la República Dominicana en 2008, Wesołowski abusó de su posición de poder para explotar sexualmente a niños vulnerables, en su mayoría lustrabotas o menores de la calle en Santo Domingo. Su caso no solo rompió el velo de impunidad en el Vaticano, sino que también impulsó reformas globales en el manejo de denuncias eclesiásticas, bajo el pontificado de Francisco.

Biografía y nombramiento

Józef Wesołowski nació el 15 de julio de 1948 en Nowy Targ, Polonia, en una familia católica devota. Estudió en el Seminario Teológico de Cracovia y fue ordenado sacerdote el 21 de mayo de 1972 por el entonces cardenal Karol Wojtyła (futuro Papa Juan Pablo II). Su carrera eclesiástica lo llevó rápidamente a la diplomacia vaticana: en 1999, fue nombrado nuncio en Bolivia; en 2002, representó a la Santa Sede en varios países de Asia Central (Kazajistán, Tayikistán, Kirguistán y Uzbekistán). El 6 de enero de 2000, Juan Pablo II lo consagró arzobispo titular de Sleibhte.

El 24 de enero de 2008, Wesołowski fue designado nuncio apostólico en la República Dominicana, con residencia en Santo Domingo. Su rol oficial era fortalecer las relaciones diplomáticas entre el Vaticano y el Estado dominicano, así como supervisar la labor pastoral de la Iglesia local. Sin embargo, durante sus cinco años en el cargo, se involucró en actividades que contradecían por completo su misión.

Las acusaciones de abuso sexual

Las denuncias contra Wesołowski surgieron de su presunta explotación de menores en situación de vulnerabilidad. Según testimonios, contactaba a niños lustrabotas o de la calle en zonas como el Malecón de Santo Domingo, ofreciéndoles dinero, alcohol o regalos a cambio de actos sexuales. Algunos testigos lo apodaban "el italiano" por su acento. Se estima que abusó de al menos una decena de menores, muchos de entre 13 y 17 años, en un patrón que incluía también la posesión de material de pornografía infantil.

El caso estalló a la luz pública gracias a un exhaustivo reportaje de la periodista dominicana Nuria Piera, transmitido el 2 de septiembre de 2013 en su programa "Nuria en la Silla". El informe incluyó testimonios directos de víctimas, grabaciones y evidencias que sacudieron a la sociedad dominicana y al mundo católico. Inmediatamente, las autoridades locales iniciaron una investigación el 4 de septiembre de 2013, solicitando la extradición de Wesołowski. Sin embargo, este ya había abandonado el país el 21 de agosto de 2013, supuestamente con el conocimiento de la curia local, regresando a Roma bajo la protección diplomática vaticana. No existe tratado de extradición entre Polonia (nacionalidad de Wesołowski) y la República Dominicana, lo que complicó el proceso.

Respuesta del Vaticano y procesos judiciales

El Papa Francisco, recién electo, respondió con una rapidez inusual para la institución. El 21 de agosto de 2013, Wesołowski presentó su renuncia al cargo de nuncio, que fue aceptada de inmediato. La Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) inició un proceso canónico, suspendiéndolo de sus funciones clericales.

El 27 de junio de 2014, la Santa Sede anunció que el tribunal canónico de primera instancia lo había declarado culpable de "delitos graves contra la moral y los sacramentos", culminando en su ""laicización"" (expulsión del estado clerical). Esta pena máxima bajo el derecho canónico lo despojó de todos sus privilegios como sacerdote y obispo, convirtiéndolo en un laico sin derechos eclesiásticos.

Por primera vez en la historia moderna del Vaticano, el caso trascendió el ámbito canónico hacia un juicio penal civil. En septiembre de 2014, la fiscalía vaticana abrió un proceso en el Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano por cargos de abuso sexual a menores y posesión de pornografía infantil. El 23 de septiembre de 2014, Wesołowski fue colocado bajo arresto domiciliario en una residencia vaticana para evitar su fuga. El juicio penal estaba programado para julio de 2015, pero se pospuso debido a problemas de salud del acusado.

La muerte y sus consecuencias

El 27 de agosto de 2015, Wesołowski fue encontrado muerto en su apartamento en el Vaticano, a los 67 años. La autopsia confirmó que la causa fue un infarto agudo de miocardio, atribuido a causas naturales, aunque su funeral el 31 de agosto se celebró en silencio, sin homilía, reflejando la gravedad del caso. Su muerte truncó el juicio, evitando una sentencia penal, pero no silenció las críticas: muchos vieron en ella una "salida conveniente" que perpetuaba la impunidad.

El escándalo generó un "antes y después" en la Santa Sede. Francisco lo citó como ejemplo de "tolerancia cero", impulsando la creación de la Comisión Pontificia para la Tutela de los Menores en 2014 y reformas en el derecho canónico (como la "Vos Estis Lux Mundi" de 2019). En República Dominicana, avivó el escrutinio sobre el clero local, con denuncias posteriores de abusos y malversación de fondos. Polonia archivó su investigación en agosto de 2015 tras su muerte, y el Vaticano rechazó extradiciones previas invocando su ciudadanía vaticana.

Hasta 2025, no se han reportado actualizaciones significativas en el caso, pero su legado persiste en el debate global sobre responsabilidad eclesiástica. Fuentes como la Sala de Prensa Vaticana y reportajes de BBC y CNN subrayan cómo este episodio expuso fallas sistémicas en la diplomacia papal y fortaleció la cooperación internacional en temas de justicia para víctimas de abusos.

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